la que se avecina
de repente, tienes una llamada perdida en el teléfono del trabajo de un número que no reconoces. y luego ves que te han mandado un mensaje por el chat de empresa. «te estaba llamando, por favor, si me puedes devolver la llamada, gracias».
te suena el nombre del jefe, pero, por supuesto, jamás has hablado con él. de modo que si te ha contactado, malo.
tienes reducción de jornada, pero sabes que hay muchos que no comulgan con la idea y que, en lugar de cambiarse de ellos de empresa a una que no dé esta opción (tan legal y legítima, por otra parte), tratan de que el cambio lo haga la gente como tú. por eso, sabías que alguna llamada incómoda te acabaría llegando.
pero estás en un momento de tu vida en el que pocas cosas te ponen nerviosa. de mal humor, igual, porque si empiezas a pensar los posibles motivos de su llamada, lo que te llega a la cabeza antes que la sangre, es la bilis. pero bueno, sabes donde trabajas, y tampoco te vas a sorprender ahora.
definitivamente, no vas a cambiar una noche de Netflix tranquilo por empezar a hacer cábalas. mañana a primera hora llamas y que te cuente. y, desde ahí, ya empiezas a tomar decisiones.
y se formó la gozadera
intentas enterarte un poco de cómo irá la fiesta, porque ya te han dado el nombre de otra compi que también ha recibido la llamada. haces la tuya. como era de esperar, tu ángel anunciador no te coge el teléfono a la primera. al poco ves un correo donde te cita a media mañana. sssstupendo.
y llega la noticia, ¡booom! se confirma, ya no eres el perfil de la empresa. cumples objetivos, sacas trabajo adelante sin parar, resuelves papeletas, eres más flexible que un junco, pero no es suficiente. «¿la jornada reducida? no, no, eso no tiene nada que ver, es solo que sentimos que tu carrera en los últimos tiempos es un poco plana«.
ya, señor, pero es que al tener reducción de jornada, la promoción se hace cuanto menos poco realista, teniendo en cuenta que me vais a reclamar 24×7, que nos conocemos, y aquí nadie promociona sin notarlo en su vida personal. pero es verdad, no, no tiene absolutamente nada que ver.
reality bites
como toda noticia inesperada, toca asimilarla. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. creo haber hecho el barrido completo en tres horas. varias veces.
a todo esto, aún no tengo ni idea de qué va a ser de mi. debo esperar a que me llamen noséquién nosécuándo con todos los detalles de mi nueva vida. una llamada que se supone dará respuestas a todas las preguntas que me han abierto en una reunión de 15 minutos. apuesto a que me van a faltar muchas.
estoy a la espera de una llamada que no sé cuánto va a tardar en llegar, y que no sé qué margen de maniobra me va a dar.
to be continued
seguiremos informando. por lo demás, todo bien.
¡sígueme y no te pierdas nada!
2 comentarios sobre “cuando «te dan» la oportunidad de cambiar”