qué bueno es cumplir años

te vas de cena con tus amigas del cole de toda la vida, y te pasas horas riendo y recordando un montón de anécdotas .

llegas a casa feliz. y más que te pones cuando abres la puerta y sólo te recibe el silencio. «un capitulito tranquila y me acuesto». y te lías hasta las tantas al final. pero tan a gusto.

total, que al día siguiente, con la resaca que te ha dejado netflix, te pones a pensar en lo bien que lo pasaste ayer. y en la de cosas que recordasteis. y entonces caes en la de tiempo que ha pasado de todas ellas. y te da como un poco de vértigo.

porque de repente tomas consciencia de tu edad. o al menos de tus años cumplidos.

y en esas andaba, a punto de caer en depresión, cuando me he dado cuenta de lo distinto que habría afrontado tantos momentos y tantas situaciones, si hubiera sabido lo que sé ahora, o si hubiera tenido el sentido del relativismo que tengo ahora. lo mal que lo pasábamos antes por nada.

así que me he puesto contenta del momento en que estoy. me da igual tener más o menos años. soy feliz por cómo soy capaz de enfocar ahora la vida: con sus luces y sus sombras, pero sabiendo ver las unas y las otras.

qué bueno es cumplir años. y es que, qué bueno es ser consciente de lo que eres, de lo que podrías llegar a ser y, sobre todo, qué bueno es ser consciente de lo que nunca serás. porque, por más que nos empeñemos, querer no es poder, no.

que por mucho que cruce los dedos o sople pestañas, sé que, incluso si fuera al gimnasio y al cirujano, nunca voy a ser Giselle Bundchen. que igual tendré cosas que ella no tenga, como una hipoteca o algo. pero que como ella no voy a ser. esto es así.

y aceptar eso, te lo da la edad. y te deja dormir mucho mejor por las noches. y sonreírte cuando te miras al espejo y vas de estreno, con tu mejor versión. y es genial.

por eso confirmo qué bueno es cumplir años.

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