de repente te has convertido en madre. no sabes muy bien cómo, pero eres capaz de cambiar pañales en cualquier situación, de alimentar a tu criatura (por el método que sea), de educarle, dormirle (o intentarlo), y todo habiendo reducido tu nivel de descanso a una cuarta parte, y redoblado tu nivel de estrés ante la vida para siempre.
y entonces te planteas tener el segundo, que total, por muy distintos que sean, lo básico ya lo sabes. ¡alguna ventaja tiene dejar de ser primeriza!
pero ¡ay, amiga! ¿te has dado cuenta de que el primer hijo, tengas luego los que tengas, siempre te hará descubrir nuevas etapas y enfrentarte a nuevas situaciones? ¿ves que será el que siga haciendo cosas que para ti, como madre, serán siempre la primera vez?
pues es que así es: tengamos los hijos que tengamos, no sé cómo lo ves, pero para mí que siempre seremos primerizas.
¡sígueme y no te pierdas nada!