porque una vez alcanzas el estado madre, todo cambia. es así: en tu vida, a todos los niveles, hay un antes y un después de la maternidad.
solo que no es hasta pasado un tiempo, cuando eres consciente de que haces esas cosas de madre. aunque las haces desde el primer día. ¿eres consciente ya?
- según te sientas, te levantas
- sientes que te han implantado un sensor que detecta y avisa al resto de la familia, en cuanto te dispones a hacer algo para tí, lo que sea (se activa solo con que lo pienses)
- en tu vida no hay secretos.. al menos para el gremio de profesores…
- vergüenza o sentido del ridículo son términos que ya no tienen cabida en tu vida
- eres capaz de decir, seguido y sin titubear: «hijo, no hay que decir mentiras. y no, hoy no podemos ir al parque porque está cerrado» (fuera de pandemia, digo)
- has perdido tu identidad y la gente ya empieza a conocerte, no por tu nombre de pila, sino como «madre de»
- en tu bolso conviven el rímel y las llaves, con un pocoyo, frozen o un dinosaurio, y el ibuprofeno ha dejado paso a la barrita de árnica «antigolpes», como «básico sin el que no se puede salir de casa»
- lo primero que miras en la carta de un restaurante es que haya croquetas y pollo empanado
- cuando dices «la última y nos vamos», te refieres a vuelta al parque de tu hijo
- a la hora de comprar zapatos, eliges los que te vayan a dar mayor capacidad de esprintar
- que tu casa esté en silencio te aterroriza. ya nunca estás sola en ella, por lo que solo puede ser señal de que algo malo está pasando…
- solo vas sola por la calle si has huido a hacer recados (nunca habías visto tan necesario tener que bajar a por pan)
- no lo reconocerás ante nadie, pero sabes que hablas como tu madre
Que cierto, como cambiamos al ser madres, me identifico sin ninguna duda. Besos.
Me gustaMe gusta
¡no nos libramos ni una de cambiar! gracias por tu comentario 😊
Me gustaMe gusta