mis micromachismos

pues si el primer paso es reconocerlo, aquí estoy para darlo. porque sí, aunque me parezca mentira, me confieso, tengo mis micromachismos. vivía feliz pensando que estaba libre, pero no, ahí estaban, latentes.

todos los días luchando por hacerlo bien como madre, para que esos micromachismos no lleguen del exterior (que mira que a veces lo tenemos difícil), y resulta que tengo el enemigo en casa.

ser consciente del primero fue lo que me alertó de que podía haber más. y sí, pensando, resulta que los había. la buena noticia es que, una vez identificado el problema, es posible abordarlo.

no sé si a ti te pasa lo mismo. igual no te lo habías planteado. podría ser un buen momento. aquí van los míos.

#1

coincido muchas veces con uno de los padres del cole (hombre) y su hijo: cuando voy al parque, por la calle cuando estoy haciendo recados por el barrio, paseando.

y me pasó hace poco que, inconscientemente, me asaltó la duda de si estaría separado, porque siempre le veo a él solo con su hijo.

pero resulta que también yo estoy siempre sola cuando le veo, y yo no estoy separada.

¿por qué mi cabeza hizo entonces ese clic?
supongo que porque el hecho de que uno de los padres trabaje muchas horas, mi cabeza lo ha asimilado solo para cierto género… que tiene delito, porque anda que no las echo yo igual (aunque claro, a deshoras, cuando «no se notan», pero esto sería otro tema…)

#2

otro pensamiento a desterrar, pero que alguna vez me ha aparecido sin avisar es: «¿cómo será esta pareja en la cama? porque ella no es muy sexy que digamos»… vergüenza, ¿verdad? pues me ha pasado. y estando el hombre de la pareja en cuestión bien lejos de ser un adonis.

¿entonces?
me temo que automáticamente tengo asumido eso de que a nosotras nos vale con el interior para que alguien nos guste a todos los niveles, pero que ellos necesitan un «mens sana in corpore sano», pero tirando a 90-60-90…, y eso no es así…

#3

sí, me pasa. tiendo a pensar que muchas (casi todas) las cosas en casa las hago yo mejor. obligaciones autoimpuestas, que deben venir heredadas directamente de alguna rama genética que tenga de la primera temporada de «Cuéntame»… craso error que solo genera frustración.